Por Araceli Aguilar Salgado
En tiempos de pandemia la humanidad atraviesa severos desafíos de toda índole, por ello necesitamos de la participación de las mujeres para que cumplan un papel de liderazgo en los distintos ámbitos del sector público y privado.
Por lo que el panorama relativo a la participación de la mujer en el mercado laboral en América latina y el mundo ha sufrido significativos cambios, que se convirtió en una mayor participación femenina en las actividades económicas, productivas con potencia de trabajo desarrollando las filas de los niveles directivos; reconociendo la importancia de fomentar la participación de la mujer en la vida social, política y económica como agente de desarrollo, no sólo en beneficio de su familia sino también de la sociedad.
Derivado de ello y teniendo en cuenta los argumentos a favor del empoderamiento de la mujer, así con la certeza de los beneficios de la diversidad de género, los diferentes sectores públicos y privados pueden tomar medidas para mejorar el desempeño de sus indicadores sobre igualdad de género como mecanismo para no perder competitividad, pese a los retos económicos que se avecinan.
Analistas predicen que, para el año 2025 el país será líder mundial en cuanto a mujeres en la gestión empresarial, debido a que las mujeres están asumiendo cargos directivos en áreas de la empresa de índole más estratégica y operativa, por consiguiente, están traspasando las paredes de cristal que impedían avanzar a esferas ejecutivas.
Como parte integral de la solución a los muchos retos que enfrentamos en términos de salud, clima, economía, justicia, derechos humanos, ellas representan gran parte del conjunto de potenciales talentos; aun así, paradójicamente, muchas veces se las ignora, especialmente, a la hora de definir los ascensos a los niveles más altos de toma de decisiones de las empresas, en ocasiones, poder reconocer que tanto hombres como mujeres pueden ser directores y líderes competentes requiere un cambio de mentalidad, las funciones tradicionales de hombres y mujeres y los estereotipos de género están inmersos en la vida social, política y económica y se ven reflejados en las actitudes y en las prácticas de los lugares de trabajo.
Las antiguas tradiciones y cultura de gestión que han caracterizado por excluir a las mujeres deben ceder el paso y las empresas pueden considerar ofrecer igualdad de oportunidades a mujeres y hombres de modo tal que el equipo de gestión de nivel superior refleje la diversidad de la fuerza de trabajo, ofrecer igualdad de oportunidades a hombres y mujeres es una decisión lógica desde el punto de vista empresarial, los empresarios pueden poner mucho de su parte para derribar los estereotipos de género, sacar provecho de una fuerza de trabajo y un equipo directivo donde reine el equilibrio de género, la representación en todas las áreas y puestos; desarrollo de habilidades para ocupar posiciones de manera exitosa; promover la compartición de las tareas del hogar para el beneficio del sector empresarial, crecimiento económico nacional de las familias, para ser sociedades resilientes y más seguras.
Araceli Aguilar Salgado, Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.
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