Por Embajador, Dr. Carlos Garcia
El Salvador es un país en la América Central de 21.041 Km2 con una población de 6.421 millones de habitantes, según el Banco Mundial, para el año 2018. Así como, según registros no confirmados una población de 3 millones de compatriotas viviendo en los Estados Unidos de América, entre documentados e indocumentados, y 1 millón adicional viviendo alrededor del mundo. Es decir, un tercio de su población aproximadamente vive fuera del territorio nacional, aportando en remesas familiares un aproximado de 5.918.6 millones de dólares para el cierre del año 2020, según el Banco Central de Reserva de El Salvador, representando alrededor del 23% del PIB.
Una contribución a la economía nacional muy superior a cualquier producto de exportación del país, llegando a considerarse que el principal producto de exportación es su mano de obra o su población, que dicho de otra manera es su recurso más valioso, constituyendo a la diáspora en si misma una tragedia nacional y una bendición en las condiciones actuales, mostrando con ello su alto nivel de complejidad social.
Para comprender como hemos llegado a este punto, es fundamental entender un poco de historia y por tanto ser de utilidad académica y como una herramienta reivindicativa para la comunidad salvadoreña, no solo en los Estados Unidos de America, sino alrededor del mundo.
Debemos afirmar que la migración Salvadoreña hacia los Estados Unidos debe examinarse en el contexto de la migración regional hacia este país, tanto de los mexicanos y los otros países centroamericanos, con excepción de Costa Rica, dadas las condiciones socioeconómicas y de marginación en las que vive la mayoría de su población.
Este aspecto es esencial para comprender las medidas migratorias impulsadas por los distintos gobiernos de los Estados Unidos y en particular los 4 muros construidos en la zona fronteriza con México. Y hablamos de 4 muros porque si bien de forma general se considera un solo muro en la frontera, en realidad hablamos de las porciones de dicho muro creadas en cada una de las Administraciones desde Bill Clinton hasta Donald Trump, que difieren en extensión y uso de recursos financieros públicos designados para ello.
Por otra parte, es importante resaltar el papel desempeñado por la guerra fría y el desarrollo de los conflictos armados de manera particular en Guatemala, Nicaragua y El Salvador, como uno de los factores internos y externos que contribuyeron a generar las mas grandes olas migratorias hacia los Estados Unidos.
En el caso de El Salvador, dicha ola migratoria incluyó no sólo a miembros de la sociedad civil, víctimas del conflicto armado, sino también a miembros de las fuerzas armadas y combatientes de la guerrilla, agrupados en el Frente Farabundo Martí, para la Liberación Nacional (FMLN). Esta composición de la migración salvadoreña es muy importante puesto que constituye la base objetiva para entender el fenómeno que se desarrollaría posteriormente, denominado “maras” o “pandillas”, que se formó en las calles de Los Angeles, California. Continuará.
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